La pehuajense Florencia Calcagni, quien reside en la ciudad de Rabat, capital de Marruecos, en contacto con FM Del Sol, relató en primera persona como vivió el devastador terremoto que afectó al país africano el pasado viernes por la noche. El sismo tuvo su epicentro en la región del Alto Atlas, cerca de Marrakech, una zona ubicada a 350 kilómetros de Rabat pero que debido a su magnitud se sintió en la ciudad capital. Las autoridades oficiales han confirmado más de 2.600 fallecidos hasta el momento y una cantidad similar de heridos de distinta consideración, además de cuantiosos daños materiales.

EL VIERNES A LA NOCHE

Calcagni indicó que “el terremoto fue el viernes a las 11.10 de la noche, yo estaba acostándome y empecé a sentir que la cama se movía. El ventilador de pie oscilaba, la lámpara también se movía. Durante un segundo quede en shock, luego me levante de la cama y desperté a mi marido. Fue una situación horrible, si bien nosotros sentimos el temblor, el epicentro fue en las afueras de Marrakech, en una zona montañosa. Es una zona rural, bastante inhóspita, con viviendas precarias de adobe y ladrillo. Hay pueblos que quedaron totalmente devastados, con ninguna vivienda en pie y al estar en la montaña, se dificulta llegar al lugar por los caminos que están bloqueados por rocas que se han desmoronado. La situación es complicada para los rescates”.

“ESTAMOS A 350 KM, Y ACÁ FUE DE 6,7”

“Nosotros estamos a 350 kilómetros del lugar, aquí tuvo una dimensión de 6,7 y en el epicentro fue superior a 7. En Marrakech, el lugar más afectado fue ‘La Medina’, que como son construcciones muy añejas, algunas se derrumbaron y otras están quebradas. Pero esa ciudad la sacó barata pese a estar tan cerca del epicentro”, agregó Calcagni.

“MUY DOLOROSO Y CONMOVEDOR”

“Es algo muy doloroso y conmovedor ver todo esto, ayer hubo una réplica en la misma zona, pero no fue tan fuerte. En Rabat el terremoto duro un minuto, pero no sabes que hacer. Uno no está preparado para estas cosas, venimos de una zona en donde no hay sismos. Nosotros nos quedamos parados, empezamos a escuchar a los vecinos saliendo de sus casas y ahí reaccionamos y salimos hacia una plaza que no estaba tan cerca de los edificios. Estuvimos una hora porque había alerta de réplicas, hasta que la policía nos dio el ok para volver. El pueblo marroquí ha reaccionado con mucha solidaridad, se unieron para ayudar a la gente afectada”, explicó finalmente la pehuajense.-