Cultura y Show | 22 ago 2024
ENTREVISTA
Gustavo Ferrer, director de la revista mensual pehuajense “Zona Común”: “Llegar al número 100 es un hito bastante interesante que quiero valorar”
En una nueva edición de NOTICIAS Entrevista, charlamos en nuestra redacción con Gustavo Ferrer, director de la revista mensual “Zona Común”. Su visita tiene que ver con una invitación a celebrar la trayectoria de su revista. En el mes de julio, Zona Común, llegó a su edición número 100.
Llegar a los 100
Gustavo Ferrer cuenta con mucha alegría como es llegar a las 100 ediciones en publicaciones gráficas, cuáles son los desafíos que atraviesa y como se adapta a la industria gráfica de la ciudad en la actualidad junto a colegas de su rubro.
“Llegamos a 100 números acá, en este momento tan particular en la Argentina, donde hasta hace muy poquito éramos la única revista. Ahora Fabio Hernández largó una revista de automovilismo específica. Me consultó, me preguntó, estuvimos charlando bastante del tema”, relató el entrevistado. Comentó también que está acompañando esa nueva publicación ideada por Hernández, “apadrinando el laburo ese, que tiene dos, tres números (…) Ya no siento que es la única publicación, hay otra publicación gráfica en Pehuajó”.
En referencia a los desafíos que atraviesa la industria gráfica, Ferrer explicó “los últimos dos años ha sido fuerte el sacudón económico que hemos padecido todos. En definitiva, poder seguir saliendo y poder llegar al número 100 es un hito bastante interesante que quiero valorar”.
Utilizar las crisis como golpe de suerte
¿Cuándo, cómo y dónde nació la idea de crear una revista como Zona Común? A modo de resumen, Ferrer describió que Zona Común nació hace 34 años. Lo que era un hobby, forzado por el desempleo y el contexto noventoso de nuestro país, se convirtió en un trabajo que muta su pertenencia según las ciudades que él y su familia habitan.
“Es una publicación que yo ya vengo trayendo y se viene mudando conmigo, depende del lugar donde estuve viviendo. Nace en Buenos Aires, en una época bastante parecida a esta, principios de los 90, donde en un momento me quedé sin laburo, mi señora en ese momento también quedó sin laburo en un mismo mes y yo ya venía haciendo una publicación para decir cosas, pero que dije, bueno, tengo que inventar una manera de generar plata con eso y convertirlo en un trabajo, era una forma de hobby”, contó Ferrer.
“Moviendome por el barrio y haciendo de eso, intentando hacer una publicidad, que no había vendido nunca publicidad, empecé con esa idea de armar una revista que contenga la publicidad del barrio. Eso fue en Buenos Aires”, así comenzó la primera etapa de Zona Común.
Una revista nómade: Capital, Haedo, Córdoba y Pehuajó
Desde sus inicios la revista tuvo un propósito: DECIR. “Estaba bueno poder decir, había mucha cosa contenida, mucha frustración, mucho por decir y pocos medios que te brindaran esa posibilidad, así que había que crear los propios medios”, recordó Ferrer.
Se puede considerar a la revista como una de las impulsoras de la gráfica barrial de esa época, “esa idea explotó, apadriné mucha gente en esa época, mucha gente que se estaba alargando después que yo y me preguntaban. Básicamente, era lo mismo que lo que queríamos hacer. En definitiva, sí, fue una época de muchos barrios, muchas cosas”, detalló también.
Constancia, creatividad y ganas: pilares fundamentales para poder mantenerse en el mundo gráfico, sobre todo en tiempos de crisis. “Hay que ser no solamente constante, sino bastante obsesivo para mantener una idea en épocas de crisis. Yo también me mudé con eso a provincia (…) Tuve mis 150 números en Haedo, hasta que me mudé a Córdoba. Volví a arrancar al mes de estar en Córdoba sin conocer a nadie en Villa Carlos Paz. Tuve una revista con otra zona común. Al mes de estar ahí, ya la tenía con un montón de gente”, contó el entrevistado.
Pehuajó, la ciudad elegida para continuar un recorrido de revista
Venir a las raíces de su amor, conocer una nueva ciudad y reinventarse para poder mantenerse en ella no fue algo sencillo para Gustavo. “Mi señora es de acá, ella me dijo, mira, hay mucha gente que hace muchas publicaciones en Pehuajó. Todos se conocen. Va a ser muy difícil que puedas abrir algo por ahí”, recordó.
Con consejos recibidos y un camino ya hecho, la idea se truncó y la vida lo llevó por otros lados. Aun así, uno siempre busca volver a lo que ama, “en un momento, por esas casualidades de la vida, la cooperativa eléctrica estaba pidiendo vendedores de servicios sociales y me enganché por ahí (…) A partir de ahí, dije es hora de arrancar mi revista y ahí nace Zona Común acá. Ya van ocho años y medio” detalla con alegría Gustavo.
Reinventarse, la palabra norte de cada proyecto
Zona común tiene una historia interesante, al ser una revista con diferentes lugares tiene un plus. El plus de saber batallar y ganar para poder seguir en pie, experimentado por el dueño del proyecto, pero, sobre todo, por quienes son parte de cada número y sus historias quedan archivadas allí.
“Yo lo que veo es la historia de mucha otra gente, donde emprende y busca y lucha por eso que sabe hacer y que le va y que a veces va bien y a veces va mal y que a veces tenés que cambiarle las condiciones en las que está porque resulta que no da”, comentó Ferrer.
“Hemos pasado crisis de todos los colores, lo mismo que todos los demás. Soy un tipo que siempre volvió a repetir lo que sabe hacer o lo que le gusta hacer y tengo la posibilidad de hacerlo, en definitiva. No cualquiera tiene la posibilidad de reinventarse tantas veces o de volver sobre lo mismo porque es una historia de lucha y que a veces la ganás y a veces la perdés, ¿no?”, confiesa Gustavo.
¿Crees que la gente conoce a Gustavo Ferrer a través de Zona Común? Ya que las secciones que hay en cada número son particulares, tienen su estilo propio…
“Sí, yo no me consideré nunca periodista, nunca estudié periodismo, no me consideré periodista. Pero sí soy editor. El laburo de editor es el laburo de selección y de mezcla de esos contenidos y creo que eso me define, me definió siempre (…) Creo que eso de crear esa mezcla que es bastante alquímica de contenidos que te hacen que siga teniendo interés, que siga teniendo esa cosa que la gente busca, que la gente le interesa”, confirmó Ferrer.
La importancia de leer, de construir sentido
Lo llamativo de la revista no solo es su estilo, sino su presentación. En la actualidad es poco común encontrar revistas que brinden opciones a color, algo que marca una diferencia grande a la vista de quienes la reciben mes a mes.
“Es un premio y tiene un valor en sí mismo porque es un lujo regalar papel y es un lujo regalar cultura. En este momento creo que uno de los conceptos que pude entender en los últimos tiempos es que el que está auspiciando, no me auspicia a mí, o sea, sí me auspicia, pero lo que está patrocinando es la lectura de la gente (…) Quien aporta con su aviso más grande o más chico el color o un blanco y negro, lo que está apostando es que la gente lea, que la gente construya sentido, que la gente intente hacer algo con su cabeza más que pasar 25 videítos por minuto y eso es más valorable todavía” concluyó Ferrer, a modo de cierre.