Las calles se llenaron de risas y gritos de alegría, mientras pequeños brujos, calabazas y superhéroes se unían a la tradicional búsqueda de dulces. La comunidad, aunque dividida en cuanto a la autenticidad de la festividad, no pudo resistirse al espíritu festivo que caracteriza a esta noche. Muchas familias abrieron sus puertas para recibir a los pequeños, generando un ambiente de camaradería y diversión.

El análisis de este fenómeno revela no solo una aceptación creciente de Halloween en la cultura local, sino también una oportunidad para fortalecer lazos comunitarios. Mientras algunos sostienen que esta celebración es un simple importado de las costumbres anglosajonas, otros ven en ella una ocasión para promover la creatividad y la sociabilidad entre los más jóvenes.

Así, a pesar de las controversias sobre su significado y origen, Halloween en Pehuajó se consolida como una jornada de alegría, donde la diversión y la convivencia prevalecen sobre las diferencias. La noche del 31 de octubre se convierte, una vez más, en un momento de magia, donde los pequeños son los protagonistas indiscutibles.