Deportes | 5 dic 2024
El Club de Planeadores de Pehuajó cumplió 85 años de vida
En el año 1939, un par de hermanos, los Huguenin y los Sancho, se lanzaron casi sin conocimientos, a construir un aparto que volara.
El primer planeador se construyó en base a revistas aeronáuticas de la época, lo lograron realizarlo. La estancia el Tata que pertenecía del señor Roberto Hernández, fue el escenario de los primeros intentos de planeos que al ver a esos muchachos de 16 años tan entusiasmados y sin temor a romperse la crisma, sugirió la idea de fundar el club de planeadores.
Las primeras reuniones se hicieron en la casa donde funcionaba el Sanatorio Oeste. En esa primera reunión algunos de los participantes Eran Roberto Hernández, doctor Rocha, El doctor Benincaza quien sería el responsable de los Psico - físico. Claro está El Tío Orfeo perdón el Señor Orfeo Sancho y Francisco Huguenin (los otros dos hermanos eran muy pequeños). Así nació el club que originariamente se llamó NANCU el día 3 de diciembre 1940. (esa reunión se suspendió por un accidente de tránsito según cuentan algunos cuentos)
En el libro, Aviones Argentina (pág. 72) Figura durante los años 1938 / 39 Que los jóvenes Pehuajenses O. Sancho y F. Huguenin diseñaron un planeador de piloto suspendido. Considerado un Biplano de 5,60 metros de envergadura y 1,50 cuerdas de alas, superficie total de 18 metros cuadrados y Tren de aterrizaje con ruedas para proteger las piernas. Construido de Pino Sprus y herrajes de Acero. Posteriormente Se inicia la construcción del Grunau 9 que sirvió de escuela de varias camadas de pilotos.
Así Contaba mi padre hace unos años…
Pero el club de planeadores en estos 85 años fue algo más para muchos. Salieron muchas brigadas hicimos campeonatos, nacionales, regionales; nos inundamos innumerables veces; muchos aprendimos a nadar en su pequeña pileta para niños otros a usar el trampolín, encontrar un lugar calmo en el verano mientras en el hangar o en la pista se volaba.
El vuelo a vela es una experiencia única. Es corretear el ala hasta el despegue la adrenalina de cortar el chicote, escuchar solo el sonido del viento ver solo el cielo trepar sus nubes con una buena térmica, conseguir una buena calle para mantenerse siempre alto y luego deslizarse suavemente hasta la tierra nuevamente para aterrizar, con suerte en la pista, pero de no ser así y te toca tronar hay equipo que sale al rescate y ahí están los ayudantes desarmando alas sosteniendo, levantado partes por encima de una tranquera o un alambre para subir el planeador al carro y volver al campamento o al club.
Volar en planeador te enseña a trabajar en equipo a ser solidario, al limpiar, pulir, llevar una tabla de doble entrada y un registro, cortar el pasto, plantar árboles, cagarte de calor esperando que tu compañero en la pista para llevar el planeador al hangar y después ir a tomar el cafecito o la cerveza y chusmear de todo lo que aconteció.
El club de planeadores siempre será la briza en la cara que se añora y a la cual siempre querré volver, amigos entrañables, millones de historias contadas por el Tío Orfeo y mi papa y otras vividas por mí.
Felices primeros 85 años Querido Club y buenas térmicas para todos.