jueves 25 de abril de 2024 - Edición Nº1564

Sociedad | 20 feb 2022

SOMOS MÚSICA 10 (Parte 2): ¡EN MARCHA!


Nuestra primera parte de esta práctica nos llevo conscientemente a la observación del movimiento regular de nuestro cuerpo al caminar, a lo mecánico de tal actividad y también a lo natural, inconsciente y no pensado de la misma. Desde que aprendimos a hacerlo no tenemos que pensar en caminar, salvo algún caso especial de rehabilitación por el motivo que fuere, y aún así, el objetivo es volver a automatizar con naturalidad la simple caminata. Observamos también ese movimiento en pares, en cada pie, cada pierna, incluso cada brazo que acompaña -generalmente relajado- ese andar con lo que el cuerpo proporciona: pares de miembros para tal fin. Entrando en el terreno de la música, y sin ser para nada teóricos ni específicos en esto, es común ver cómo los músicos cuentan los tiempos antes de empezar, o bien quien haya tenido la oportunidad de vivirlo, también en los ensayos, para tener idea clara de en qué momento de la música, o de la partitura, se está. Recurrir a los números es muy útil, pero de alguna manera nos aleja de la naturalidad del movimiento. Pueden ser de ayuda, pero no deben ser lo más importante. Es mucho más musical y natural sentir ese devenir en pares sin cuenta alguna que recurrir al “nombre” que se le da a cada paso en forma de números. Sin ánimo de contradicción, podemos ayudarnos a observar mejor esta caminata adjudicando a cada paso un número de los dos a disposición. Obviamente, el primer paso será nombrado con el 1 y el siguiente con el 2, cuidando bien el hecho de continuar intercalando solamente esos dos números ayudantes. Un detalle importante, y prueba de que los números no siempre ayudan, es nombrar al UNO como monosílabo, es decir “UN”, así se acopla de manera ideal al paso dado. Obviamente, trataremos de que el Uno, sea ese primer paso dado, y el Dos el siguiente. Al volver a observar nuestra regular caminata, ese paso “UN”, siempre tendrá un apoyo más marcado, sin fuerza extra, pero sí notaremos que en ese paso la descarga es mayor al otro. Y trataremos de forzar esa situación si es que no lo notamos en un principio y, si bien estamos concentrados en observar la naturalidad del simple caminar, este pequeño artificio de apoyo focalizado nos será útil para entender otras maneras musicales de nuestra vida después. Podemos redoblar la apuesta de este ejercicio haciendo unos pequeños cambios que serán también capitalizados más adelante, cuando tengamos una base también natural de este movimiento. Nombraremos al DOS como “Y”, es decir, en vez de UN- DOS -UN – DOS, UN pasar a decir UN -Y – UN -Y UN, y así siguiendo hasta que terminemos esa observación dirigida. El ”Y” es ideal también para hacernos la imagen de estar, si bien pisando el piso, en un paso más sutil, menos apoyado, menos gravitatorio, casi en el aire. Si queremos seguir avanzando, un gran logro será prescindir también del “UN”, en nombrarlo me refiero, y simplemente dividir los dos pasos en aquel que se afirma bien, y aquel que, si bien pisa, se siente como en el aire por lo que también es importante terminar la caminata siempre en el momento “UN” de la misma. Ya avanzaremos sobre estas sensaciones en próximas entregas. Un trabajo extra para hacer, mientras nos vamos preparando para el “TRES” que moverá toda la estantería, es empezar con el pie que hacía aquel DOS y nombrarlo o sentirlo como UNO. Ya de por sí, no va a ser lo mismo caminar sintiendo el peso cambiado de pierna. La última práctica será, entonces, hacer ese cambio mientras se hace la caminata, lo que provocará que habrá dos “UN” seguidos para hacer un sutil, o no tanto, cambio de marcha. Por último, queda recordarles que intenten siempre hacer todo este recorrido previamente en la cabeza antes de comenzar la verdadera caminata. Tienen trabajo para esta semana. Ampliaremos. Gustavo Joaquín Hernández  
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