Como hemos visto en la primera nota el sonido está conformado por múltiples otros sonidos llamados armónicos. Es decir, su esencia, es la multiplicidad, la convivencia de varios sonidos a la vez dando la apariencia de uno solo, de una unidad. Quien afirme fervientemente que ese sonido es uno solo está, de alguna manera, mintiendo. Una inocente mentira con visos de verdad porque sí, es cierto, la impresión sonora es la de unidad. Pero ¿cómo se convierte en Música todo este fenómeno? Resumiendo muchos siglos de historia, los comienzos musicales fueron con la voz humana, en el claro terreno solitario de ponerse a cantar. Esa voz, es incapaz de producir más de un sonido a la vez. Es así que durante milenios la única música existente, al menos de lo que se tiene conocimiento o sospecha, era monódica: solo se cantaba un sonido a la vez y ninguno simultáneo. Es lo único que podía hacer, por ejemplo, un cantor de bagualas en medio el cerro con un público de 120 cabritos y ninguna intención artística más allá que expresar sus sentimientos, claro, sí, con un texto, pero poniendo los sonidos que le salían desde adentro. ¿Y qué sonidos le salían? Los mismos que el sonido tiene en su constitución, esos armónicos a los que hicimos referencia. Eso sí, de a uno por vez. Y es claro que esta música es de las más sencillas en cuanto a sonidos se refiere porque elige usar lo más básico de esos sonidos y termina creyendo en ellos como única verdad posible a desarrollar y no pudiendo entender que, a la luz del desarrollo posterior de la música en siglos venideros, desde esa base verdadera se llega a la enorme riqueza de la polifonía, es decir, el uso varios sonidos al mismo tiempo, con la necesidad de participación de otros cantores o músicos para lograr, ahora sí más explícitamente, una realidad musical de varios integrantes disímiles, conformando un Todo de aparente Unidad. Pero tuvimos que esperar algunos milenios más para que esto ocurra. Mientras tanto, las culturas orientales, desarrollaron la misma monodia, la misma música de un solo sonido a la vez, por extensiones cada vez más complejas de aquellos armónicos y también por procesos simples. Pero siempre, con un sonido a la vez. Y si bien no hay registros concretos en Occidente de que alguien haya intentado el uso polifónico en tiempos de reinado de la monofonía no es descabellado que algún músico haya intentado hacerlo. En los primeros esbozos polifónicos documentados, los comienzos y finales de las músicas, trataron de sumirse a la idea de un único sonido, por lo que claramente la cosa fue de a poco, como saliendo de un escondite hasta desarrollar la plenitud de sonidos simultáneos en polifonía. Hasta que, por fin, surge definitivamente. Porque esa polifonía, no estaba escondida. Estaba guardada y al fin, con las condiciones ideales, salió a la luz. Cuando ello ocurre todas las músicas cambian. Las voces a pleno, combinadas con otras, llenan todos los espacios a lo largo de los siglos siguientes, aún con el cambio de estilos que se van dando según las épocas. La exploración y riqueza expansiva que esto produce llevó a límites insospechados, sin fin aún hoy día, a más y más músicas totalmente ricas y llenas de profundidad, diversidad y verdad puesta de manifiesto: la de la polifonía natural ya existente en el sonido desde el origen de su constitución física. La melodía posterior a este hecho histórico tampoco fue la misma. A partir de esa expansión, ese fenómeno melódico -el más parecido a la monodia preexistente- incluso cantándose a capella, sin acompañamiento alguno, remite siempre a un contexto polifónico inmanente que puede o no estar manifiesto, pero igual se percibe. La polifonía, esta verdad oculta del sonido por milenios y milenios, una vez aparecida desterró por completo la creencia anterior. ¿Es que fue mentira toda la música anterior? No. Es lo que podía hacer. Era otro mundo, era un comienzo, era la base, pero no la profundidad del total evidenciado después. ¿Qué necesitó la Música para lograr esto? Como todas las verdades que tardan en llegar… El paso del tiempo. En próximas notas, hablaremos de otras cualidades del sonido: la Altura. Ampliaremos. Gustavo Joaquín Hernández.