Lo que parecía una discusión si no resuelta al menos encauzada por el tratamiento del presupuesto bonaerense, sobre todo después de una productiva reunión que tuvo lugar esta semana, amenaza ahora con complicarse a raíz de otro expediente, muy caliente: la reforma de la caja jubilatoria del Banco Provincia, respecto de la cual el PRO mantiene una posición dura que amenaza con arrastrar a sus principales socios en la coalición opositora, los radicales.
El problema surgió porque esa negociación terminó cruzada por otra: la de la Caja Jubilatoria del Banco Provincia. El PRO dejó en claro esta semana que no apoya el proyecto del oficialismo para modificar la reforma que se aprobó a instancias de María Eugenia Vidal y, según afirman, consiguieron que el radicalismo los acompañe en esa posición. Eso, sobre todo porque la opción sería votar divididos, algo muy riesgoso para la estabilidad de ese frente en la Provincia.
Pero los caminos se cruzan porque Kicillof quiere que se trate presupuesto y reforma todo junto y la oposición, cada tema por separado. Así, lo que podría retrasarse, entonces, es la, sanción del Presupuesto. Para colma Juntos, ya se acordó, no llevará ninguna propuesta a la reunión con la Corte de la semana entrante, que la convocó bajo la advertencia de declarar inconstitucional la ley, lo que costaría, en principio, $100 mil millones al Banco.
Hay varias paradojas: en la oposición hay algunos PRO –y más radicales- que quieren avanzar con la contrarreforma que presentó el oficialismo, que no retrotrae todo al régimen pre Vidal, sino que es una especie de vía intermedia. En el Frente de Todos, donde le prometieron al bancario Palazzo que avanzarían, reconocen que el esquema pre reforma es de privilegio e inviable. Y advierten que si la Corte falla retrasarán el pago: si reeligen en 2023 buscarán formas de saldar. Si no, será un presente griego para quien asuma ese año.
Dicen que fueron todo sonrisas: el jefe de Gabinete, Insaurralde y su vice De Jesús, los líderes parlamentarios oficialistas Otermín, García y Valicenti, junto a la vice Magario, y los opositores Garrro, Urreili, Gribaudo, Máspoli y Campbell se fueron de una reunión, a comienzos de la semana, con la percepción de que el corazón de la negociación por el presupuesto 2023 estaba resuelta. Hasta se mencionó una fecha de tratamiento: 15 de diciembre.
El optimismo se basa en datos conocidos, que han sido reseñados acá: los reclamos que hace la oposición (algunos compartidos por alcaldes del oficialismo), que pasan por cancelar deudas por obras antes de tratar el articulado –unos $4.800 millones-, ampliar y automatizar el Fondo de Infraestructura Municipal y el de Seguridad por unos $ 82 mil en total, son considerados razonables por el Frente de Todos.