Columnas | 16 abr 2024
INFORME ESPECIAL
75 años de NOTICIAS: "Jorge, el grande" (años '60)
A nivel deportivo e incluso si lo medimos dentro de los parámetros de la popularidad, la década tiene por figura excluyente al recordado piloto pehuajense Jorge Eduardo Farabollini.
Con 25 años y luego de pasar de rudimentarias carreras de Ford T llegó al turismo de carretera, donde tras pagar derecho de piso, encontró su despegue en 1960.
Eran tiempos donde tallaban fuerte emblemáticas figuras como: los Gálvez, Menditeguy, Rolo de Álzaga, los Emiliozzi, Cabalén y Ciani, entre otros.
Con el apoyo mecánico de Juan Carlos Navone, aquel Ford comprado a Daniel Musso que parecía obsoleto, resurgió para encaramarse entre los grandes.
Sorprendió al obtener el tercer puesto en la prueba “Mar y Sierras” y repitió ese puesto en Arrecifes, ambas en pleno otoño del ’60. Al lograr el segundo puesto en Rojas apenas comenzado el invierno, puso de manifiesto que su performance no era casualidad.
Para entonces todo el pueblo de Pehuajó estaba detrás de su figura. El apoyo económico de la firma “Pedro D. Duhalde y Cía.”, la conducción directiva de Nelo Massola, el trabajo del equipo de colaboradores y el peso de su pie derecho, lo llevaron hasta lo más alto.
Fue tercero en Hughes y segundo en Tres Arroyos, asegurándose el campeonato “No ganadores”, torneo paralelo para el que solo sumaban puntos aquellos corredores que nunca hubieran ganado una competencia de TC. Un certamen que, más allá del título, tenía en juego buenas sumas de dinero que siempre venían muy bien.
La victoria llegó al año siguiente. Fue el 30 de abril en Arrecifes El éxito, muy celebrado, le sacó de los “no ganadores”, lo que también influyó en los ingresos económicos.
Desde entonces, Jorge salió a “ganar o romper”. Rompió muchas veces buscando la victoria, pero obtuvo otros dos podios (3º en Casares y 2º en Tres Arroyos).
El ‘62 no empezó bien para “el Gringo”, pero un tercer puesto en “Mar y Sierras” y un cuarto en Chacabuco parecieron devolverle el brillo a sus laureles. Entonces fue por más.
El 12 de agosto de ese año participó de la llamada “Vuelta de Junín”, y cuando regresaba en plena lucha con Machado, se jugó todo y lo perdió. Una curva traicionera cerca de Palemón Huergo, partido de Chivilcoy; y la fatalidad hicieron que su máquina se fuera del camino e iniciara una serie de tumbos. El piloto fue despedido pero su acompañante, Horacio Alice quedó atrapado dentro del auto. Poco después de aquel trágico mediodía, Jorge Farabollini falleció. Alice logró sobrevivir aunque sufrió la amputación de una pierna. Todo el pueblo lamentó tan significativa pérdida, porque Jorge estaba incorporado en el corazón de esos miles de pehuajenses que lloraron su partida y jamás lo olvidaron.